22 de julio de 2010

"AHORA SOMOS UNA SOCIEDAD UN POCO MÁS IGUALITARIA"

Página 12, jueves 22 de julio de 2010

EL PAIS › EN UN MULTITUDINARIO ACTO EN LA CASA DE GOBIERNO, CRISTINA KIRCHNER PROMULGO LA LEY DE MATRIMONIO PARA PERSONAS DEL MISMO SEXO

Hubo emoción y euforia. Hubo aplausos y ovaciones. Ante cientos de militantes de la diversidad sexual y un variado arco de invitados, la Presidenta puso su firma al matrimonio igualitario. “Hemos promulgado una construcción social transversal”, dijo.     

Por Soledad Vallejos

“Es un momento muy especial para todos”, reconoció la presidenta Cristina Fernández, ante un auditorio de activistas de la diversidad sexual, celebridades, personajes de la cultura, la política y funcionarios que acababan de ver cómo promulgaba, al firmarla, la ley de matrimonio igualitario. Eran las seis y media de la tarde. Sobre la calle Balcarce, todavía serpenteaba una cola de invitados, pero los cientos que habían logrado ingresar alcanzaban para convertir el corazón de la Casa Rosada en una fiesta. Puertas adentro, de pie y entre aplausos, todas esas voces celebraban el instante transformándose en coro: “¡Igualdad! ¡Igualdad!”. Lo mismo, pero clamando nombres propios, había pasado un rato antes, cuando María Rachid, presidenta de la Federación Argentina LGBT (Falgbt), había pisado el escenario para entregar a Fernández un reconocimiento, y también en el momento en que la Presidenta había ingresado al salón. Durante media hora, la alegría inundó los rincones y echó por tierra cualquier intento de seguir un protocolo rígido. No fue la excepción el momento en que Cristina Fernández recordó el pasado inmediato y celebró el presente: “Ahora somos una sociedad un poco más igualitaria que hace una semana”. La ley entrará en vigencia hoy, al ser publicada en el Boletín Oficial.
 
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Con la ley convertida en realidad, el activismo de la diversidad agradeció a Fernández. Primero Cigliutti, en nombre de la CHA; luego Rachid, Paulón y la activista trans María Pía Baudracco, por la Falgbt, y finalmente Castrosín Verdú, por La Fulana, entregaron a la Presidenta placas y hasta remeras en señal de gratitud. “Estas distinciones que me han dado las recibo en nombre de los miles y miles de militantes de esta causa, de la sociedad argentina, aun en nombre de aquellos que no están de acuerdo. En unos años, este debate resultará absolutamente anacrónico”, dijo Fernández, y los aplausos estallaron una vez más.

En un discurso breve, que no eludió la mención del debate que despertó y alimentó la propuesta para ampliar la definición del matrimonio civil, Fernández recuperó políticamente el recorrido diverso y plural del proyecto convertido en ley. “No hemos promulgado una ley, hemos promulgado una construcción social transversal, diversa y amplia” que “pertenece a todos”, dijo, y agradeció explícitamente a las diputadas Ibarra y Silvia Augsburguer (MC), que fueron fundamentales en el tramo inicial del proyecto de ley de matrimonio igualitario. Desde la platea, el presidente de la Asociación de Abogados de Buenos Aires, Eduardo Tavani, y la jurista Nelly Minyersky escuchaban al lado de la jueza Elena Liberatori, que tomaba una foto a la Presidenta. Mosquito Sancineto y Carlos Heller escuchaban con atención.

“No sé cómo se sentiría Eva Perón cuando presenció la sanción de los derechos políticos de la mujer”, reflexionó la Presidenta, y la comparación alcanzó para que el rincón de la Agrupación Nacional Putos Peronistas estallara de emoción. Poco después, saludaban al primer caballero con dedicación de chicos scout peronistas: “Néstor, Néstor, Néstor corazón, acá tenés los putos para la liberación”. Desde los balcones del primer piso, el rosarino Martín Peretti Scioli sacaba cuentas y más cuentas: “Si la ley entra en vigencia mañana mismo, por ahí me caso antes”, explicaba entre detalles de la fiesta de boda que prepara con su novio, Oscar Marvich, y de la alegría que sintió el martes, al pedir turno en el Registro Civil.

En la galería de los Patriotas Latinoamericanos –bendecido desde la eternidad por imágenes del Che Guevara, Juana Azurduy, Juan Domingo Perón y monseñor Romero–, el diseñador Pablo Ramírez, de negro impecable, presenciaba el momento a corta distancia de la activista Lohana Berkins. Los dos quedaron como perdidos entre la multitud que se arremolinó en torno de Cristina Fernández apenas terminado el acto. “¡Quiero sacarme una foto con el matrimonio!”, clamó la Presidenta en cuanto vio a Martín Canevaro y su marido, el afrouruguayo Carlos Alvarez, a quien se declaró entre flashes: “Quiero casarme con vos”. Puesto en el brete, Canevaro concedió: “Y bueno, si él quiere”.

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